miércoles, 27 de marzo de 2024

Otra espera que valió la pena


     Tras haber visto Dune: Parte 1 de Denis Villeneuve sobre la famosa novela de Frank Herbert, muchos solo queríamos adelantar el tiempo para que llegara la conclusión de esta historia.  Y es que con solo tres filmes de ciencia ficción "adultos" y "serios" (los otros dos son La Llegada y Blade Runner 2049), el realizador había demostrado de sobra su talento como director de grandes cintas del género.  Por otro lado, habiendo ya dos versiones anteriores de la obra literaria citada, para los seguidores del mayor legado de Herbert, las expectativas eran grandes, teniendo en cuenta los respectivos errores cometidos con las anteriores adaptaciones (¡Si bien me declaro fan incondicional de la película de David Lynch!).
    Cabe mencionar que por culpa de la no hace mucho pasada pandemia del Covid, se atrasó el estreno de la primera entrega de lo que sería esta trilogía (la tercera parte corresponde El Mesías de Dune, en rigor la segunda novela del ciclo original literario), llegando recién a fines de 2021 a las salas del mundo.  Con esta segunda parte de igual manera hubo odiosos retrasos, pues se suponía que la tendríamos como regalo anticipado de Navidad el año pasado; no obstante, terminando el mes de febrero de este 2024, justo cuando los chilenos estábamos por iniciar un nuevo año escolar, se cumplió el deseo de muchos y así fue que la esperada conclusión acerca de la juventud de Paul Atreides llegó.
     Hasta ahora habíamos dejado al primogénito del duque Leto, y figura religiosa de los valientes Fremen, adentrándose junto a su madre en las arenas de Arrakis (Dune); iniciaba así su largo periplo que le permitiría vengarse, a grosso modo, de las triquiñuelas del emperador y en especial de los desalmados Harkonnen.  El final de Dune: Parte 1 había quedado muy bien, que igual se trata de un libro de más de 500 páginas, de modo que, con tan solo una primera entrega, ya se nos había contado harto y es que, además, hubo un montón de personajes a los que pudieron sacarle el jugo.  Así que las expectativas eran más altas que nunca, puesto que Villeneuve se había ingeniado para contarnos tan épico argumento, sin mostrar a nadie de la familia Corrino (ni Shadam IV, ni la princesa Irulan) y tampoco a Feyd-Rautha, el sádico sobrino predilecto del Barón Vladimir Harkonnen; por lo tanto, ya era hora que estos mostraran la cara.



    Quienes no han degustado el célebre libro (para muchos, al menos hace unas décadas atrás, la mejor novela de ciencia ficción), no darán cuenta de las libertades que se dio Villeneuve con esta secuela y es que se metió en el bolsillo varios detalles importantes del texto... ¡Pero no importa! Todo le salió tan bien al director y a su equipo de lujo, que alguien como "uno" le perdona sus intervenciones quirúrgicas en una obra tan "sagrada".  Puesto que entre las cosas que hizo Villeneuve, se encuentran "proezas" tales como acortar el periodo de vida de Paul y su madre en las arenas de Dune, antes de derrotar a sus enemigos, de años a meses, atrasar el nacimiento de la hermana del protagonista (así que no tenemos a Santa Alia del Cuchillo) y eliminar de la ecuación a los carismáticos personajes del Conde Fenring y su esposa.  Hay que recordar que ya en Dune: Parte 2, había dejado casi en el minimalismo las intervenciones de los Harkonnen y si bien esta vez la degenerada familia apareció más en pantalla, dan ganas de que tuvieran mayor desempeño y es que los mismos Rabban y Vladimir se quedan cortos de escenas (más considerando los tremendos actores que los interpretaron).  Feyd-Rautha también no posee tanto metraje dentro de la cinta, aunque se desarrolla un poco más que su hermano mayor...Pese a todo, cada escena de los Harkonnen es un verdadero placer, como el maravilloso detalle de la luz en su planeta natal. Y estaba olvidando algo muy importante y es que el director dejó de lado la homosexualidad del Barón, algo que a mi parecer lo hizo de adrede, para no molestar a la comunidad LGTB, debido a la tendencia sádica de sus gustos eróticos... ¿Será acaso esto último correctivismo político de parte suya?
     Con todo lo que me gusta la novela Dune, lo anteriormente mencionado, como ya afirmé, se lo disculpo a los responsables de ello; no obstante, tener a una estrella de la talla de Cristopher Walken haciendo de nada menos que del emperador y apenas darle sus momentos, me pareció todo un sacrilegio (igual está bastante mayor ya este tremendo actor, mientras que en el libro Shadam IV aparenta mucho menos, debido a sus tratamientos rejuvenecedores, así que puede ser que debido a su salud lo hayan hecho filmar tan poco); en cuanto a la misma princesa Irulan, la hija del anterior, no se logra entender a cabalidad su importancia, si apenas tiene unas tres escenas (una película como esta bien merece ser vista más de una vez y la para la próxima prometo contar bien sus apariciones).  Por otro lado, se dejó de lado toda la ostentación de la corte del emperador, de modo que nunca llegamos a apreciar los lujos de este (salvo sus enormes flota y ejército).  Me habría hecho muy feliz, que por fin le dieran su importancia en pantalla a dos personajes ignorados en todas las adaptaciones de Dune, o sea, Fenring y su esposa (aunque algo se le vio en la miniserie): Asimismo, también se metieron en el bolsillo a los navegantes, con sus curiosas mutaciones, quienes sí o sí tendrían que aparecer en la siguiente película ¿No? Claro que todos estos elementos escapan para el público general y solo los echamos de menos los ñoños de los textos literarios.
    De lo que puso Villeneuve en su versión, una de las cosas que más me impactó fue el cambio por el que pasa Chani: sus desavenencias con el actuar de su hombre, no son solo motivadas por los celos y otras pasiones íntimas, sino que detrás hay un tema político, acerca de cómo hacemos uso del poder que tenemos sobre otros y que tiene que ver con el mesianismo de Paul que Chani no acepta.  A ver cómo esto se aborda en la próxima entrega.
    Para ser un largometraje tan extenso, Dune: Parte 2 nos atrapa sin problemas y es que pese a lo que no tuvo, lo que sí abunda en él supera las expectativas que teníamos.  No olvidar mencionar la estupenda banda sonora de Hans Zimmer, que ayuda bastante a sumergirnos en tan épica historia.
    ¡Igual habría sido hermoso contemplar el emotivo discurso de Jessica, acerca del papel de las concubinas tras la victoria de su hijo!

 

                                                                               Tráiler

viernes, 22 de marzo de 2024

Cambiando Oscuridad por Luz

                                                    
 
1. Primero que todo
 
   Clive Barker ha estado en mi vida casi todo mi tiempo en este mundo, desde mi preadolescencia a finales de los ochenta, cuando vi la reproducción de un dibujo en un fanzine (revista de aficionados, cuyas tiradas eran en aquellos tiempos por medio de fotocopias o mimeógrafos, o sea, el antecedente del primero a través de unas copias usando una especie de gelatina) de una de las imágenes más chocantes del filme Hellraiser (1987) y que el mismo dirigió, usando de base su propia novelette The Hellbound Heart; era la escena en la que el tío Frank está encadenado a los ganchos de los cenobitas (los guardianes de una especie de plano infernal), que por fin lo han atrapado tras escapar de su prisión.  Solo en los noventa, ya cuando estaba en tercero medio, me pude ver la famosa saga sobre Pinhead y compañía, aunque comencé con la segunda peli, porque esa fue la primera que llegó acá en VHS.
    De inmediato quedé encantado con el escritor de Liverpool y en 1993 tuve el gusto de leerlo por primera vez, gracias a su cuento La Eminencia de la Catástrofe, una rara historia que formaba parte de la prestigiosa antología Prime Evil y que los españoles dividieron en dos tomos con los nombres de Pesadilla y Escalofríos. Solo una vez me adentré en ese texto, del cual solo recuerdo tenía de protagonista a una mujer, que creo no lo supe apreciar, pues era muy joven e inmaduro intelectualmente para ello; creo ya es hora de reencontrarme con esas historias, que compré dichas ediciones en años distintos y conservo con orgullo dentro de mi colección.
   Gracias a las novelas El Gran Espectáculo Secreto y Cabal pude disfrutar en su totalidad al Clive Barker escritor, todavía en mi juventud; no obstante, fueron sus cuentos que forman parte de Los Libros Sangrientos los que bombardearon mi imaginación y ello se lo debo a mi amigo Miguel Acevedo, quien meses después de conocernos me prestó Sangre (que los españoles de la editorial Martínez Roca, tuvieron la "inteligente" idea de cambiarle el nombre a los libros y más encima separar los tomos originales en Sangre 1- que este primero en realidad corresponde al tomo V de la serie- y 2 y a los otros mantenerles sus nombres originales); y bien recuerdo cuánto aluciné con Lo Prohibido (que amaba la peli Candyman, basada en este relato, desde mi último año de escolar) y especialmente con La política del Cuerpo, que la noche tras leerlo tuve problemas para quedarme dormido.
    Con el paso de los años pude comprarme y disfrutar todo lo que logré obtener de Clive Barker, así como verme las otras pelis que hizo, amando sus otras producciones que son Razas de la Noche y El Señor de las Ilusiones.  Dentro de los pocos filmes basados en su obra, El Tren de la Carne de Medianoche es una joya y lo mismo la secuela "oficial" de Candyman.


2. El otro Barker.
 
    Todo lo anterior para decirles que, desde aquellos tiempos pretéritos de mi juventud más temprana, el autor que ahora nos reúne ha estado ligado a un horror sofisticado, muy sangriento y lleno de criaturas de pesadilla, que me fascina.  A lo anterior, hay que sumársele el importante detalle de la cuota sexual, que abunda en sus escritos e imágenes dantescas, así que por mucho que haya comenzado a leerlo de chico, es evidente que su obra es para gente con criterio formado (¡Esa fascinación y morbo por aquello que nos está vedado! Y es que muchos amantes del género, como yo, comenzamos de pequeños a disfrutar de estas fantasías retorcidas).  Ese es el Clive Barker que uno conoce desde hace años, como a un viaje amigo al que se le ubican todos sus rasgos distintivos de personalidad, incluyendo sus mañas y al que se le quiere justamente por ser así.  Con la anterior imagen de nuestro escritor, me quedé hasta Demonio de Libro, que fue el último texto suyo que gocé y ahora he descubierto (por fin) otra faceta suya, que me tiene por completo embelesado.
    Mucho antes que comenzara la "fiebre" por sumarse a la narrativa infantil y juvenil, que ha llevado a varios escritores actuales y bestsellers a escribir obras de este tipo (hasta Ursula K. Le Guin se sumó a ello e incluso Brandon Sanderson), Barker concibió El Ladrón de Días, la cual llegó a estos lares con ilustraciones suyas (que en Latinoamérica conseguir algo así es bien difícil).  No tengo idea de qué se trata, pero es una novela que me ha pesado harto, como uno de mis pecados de omisión, pues la tuve en mis manos varias veces y hasta en tapa dura; estaba barata y nunca la compré y hoy en día es inencontrable...
    ¡Así que el autor de Imagica, sabía ya cómo adentrarse en la escritura para menores de edad, aunque sin dejar de lado su lado fantástico y macabro, cuando en comenzó con su saga de Abarat! Comenzada esta en 2002, se supone que será una pentalogía, de la cual hasta el momento hay tres libros ya, milagrosamente todos ellos traducidos al español gracias a Oz (y es que Barker, en la actualidad, es un artista ignorado en la lengua de Cervantes, como bien pasa con Robert McCammon, este último mucho mejor que el anterior).  Pero ya es hora de ir de lleno a esta novela, que me ha fascinado por completo.

 
3. Trama y virtudes.
 
   La protagonista es una chica de unos quince años, inteligente e imaginativa, pero sin amigos; aunque lo peor es que su vida familiar no es la mejor, ya que su padre es un borracho, lo que hace la convivencia en casa difícil.  A lo mencionado, se suma lo poco agradable que le resultan el colegio y el pueblito o pequeña ciudad en la que habita; pese a todo, Candy Quackenbush es una chica alegre e imaginativa, por sobre todo auténtica y locuaz.  Su tenacidad la llevará a escapar de este mundo, para adentrarse en los vericuetos del maravilloso archipiélago de Abarat, compuesto por veinticinco islas, cada una muy distinta a la otra, que una por una representan las distintas horas del día y la noche, más una hora extra, que corresponde a un lugar fuera del tiempo normal (por lo tanto algunas de ellas permanecen en la luz todo el tiempo y otras en la noche).
    Una investigación escolar la lleva hasta Abarat, donde no solo conocerá personajes de lo más estrafalarios (típicos de la imaginación barkeriana, debido a sus especiales anatomías), sino que se verá convertida en la atención de todo el mundo, una vez que se descubra de dónde viene y se enteren de que Candy es alguien clave para el futuro de ese lugar fantástico.
    Entre medio, villanos muy llamativos se cruzarán en su nueva existencia, destacándose el mismísimo Señor de la Medianoche, con el cual no se cruza todavía en esta entrega, aunque ya bien sabemos que sus destinos están unidos.  Pero en contraste con estos desalmados sujetos, también hará amigos y ellos bien resultan ser sujetos extraordinarios, al punto que el primero de ellos luego se volverá coprotagonista de la historia, teniendo capítulos dedicados a su persona.
    La literatura que nos cuenta de niños de nuestro mundo, trasplantados a un lugar mágico, al que llegan en circunstancias muy singulares y donde tienen un impacto tremendo para ese lugar, tiene antecedentes en obras del calibre de Alicia en el País de las Maravillas y su secuela Alicia a través del Espejo, ambos de Lewis Carrol; a los anteriores, se les suman Las Crónicas de Narnia de C. S. Lewis, todos ellos textos pilares de la narrativa en general y que bien podrían ser los que inspiraron a Clive Barker para hacer su propia versión de estos clásicos.  En dichos lugares, los protagonistas se encuentran con personajes de lo más variopinto, criaturas increíbles que no hayamos en nuestra realidad y allí se vuelven fuerzas del orden, que mejoran el estatus quo de lugar que han visitado; también deben enfrentar al mal y/o los representantes del Caos, a quienes hay que derrotar no solo porque es necesario para salvaguardar la integridad de sus anfitriones (que antes de su llegada sufrían producto del desequilibrio de las cosas y del abuso de sus ahora rivales), sino porque ese es el destino que deben cumplir (no llegaron por azar allí, sino que hay una especie de predestinación o una fuerza mayor que los ha llevada hasta allá por razones de peso).
    Todo lo anterior sucede en Abarat, algo que queda claro desde las dilucidoras primeras páginas.  Lo interesante, en este caso concreto, es que si bien el libro (y posteriormente trilogía o más bien saga) pretende homenajear los títulos mencionados o al menos está inspirado en ellos, no se trata de una "domesticación total" del feroz escritor de horrores sadomasoquistas de El Juego de las Maldiciones... No tendremos acá sexo, tampoco escenas gore, aunque sí habrá violencia mucho más evidente que en los textos clásicos, tanto verbal como física; de hecho, antes que Candy llegue al onírico archipiélago, conoce de primera mano la maldad real, primero en su casa bajo la figura de un padre alcoholizado y luego en su colegio, no solo debido al bullying de sus condiscípulos, sino por culpa de una histérica profesora (esta última escena resulta ser bastante dura y me pregunto cómo la acogería un lector menor de edad).  Por otro lado, hay criaturas en verdad monstruosas en la novela y la maldad que hay en ellas no deja de sobrecogernos.  Así que hay razones de sobra para gozar este título, que no deja de ser un fiel vástago de su padre.
    La tierra (y las aguas) de Abarat forman parte de un sitio fascinante.  Su geografía y arquitectura merecen estar entre los grandes ejemplos de la mejor imaginaría de este tipo de literatura, lo mismo su flora y fauna, por no dejar de mencionar sus habitantes.  Abarat es un ejemplo de diversidad, tal como la encontramos en este plano de existencia que llamamos nuestra realidad; solo que, desde fuera, como lectores, se nos hace más evidente este abanico de formas, colores y personalidades.  Sus gentes aceptan esta heterogeneidad con una naturalidad tal, que nos dan un ejemplo con ello (me pregunto hasta qué punto esto lo hizo el escritor de forma consciente, gay declarado desde hace rato, mucho antes de la actual vida pública de las minorías sexuales); por eso es hermoso este lugar, tal como lo son los mundos de ciencia ficción de Star Trek y Star Wars, así como el discurso político de cómics tal como los X-Men, que representan con sus ficciones la necesidad de convivir en paz y armonía con la otredad.
    Asimismo, el elemento mágico de este primer tomo (¡Estoy entusiasmado con la idea de leerme el siguiente!) es fabuloso.  La magia abunda en Abarat, si bien solo la manejan "especialistas" como magos y hechiceros.  Por lo tanto, en el libro encontraremos varios momentos en los que la magia será usada de manera sorprendente e incluso descrita con gran belleza: Desde el comienzo, con un viaje desde Abarat al llamado "Más Allá", la muy singular llegada de Candy al Archipiélago, la aparición de una mariposa nocturna bien particular y el encuentro de la protagonista con un engañoso duendecillo, más la creación de un increíble vehículo volador.  Al respecto, interesante es detenerse en los llamados "cosidos", horribles criaturas artificiales tales como el Golem, creadas usando materia prima que implica género y barro, entre otras cosas, para usarlas como mensajeros, guerreros u otras cosas.  Cabe mencionar que en Abarat también hay tecnología, la que al parecer solo usan en sus manifestaciones más avanzadas la gente adinerada, como cierto antagonista que ya conoceremos.
    ¡Antes que lo olvide! Atentos al anexo que se incluye al final del tomo, bien divertido e ilustrador de cómo es el mundo que en sus páginas conoceremos.

 
4. Personajes.
 
    Para ser una obra que no llega a las cuatrocientas páginas (en el límite para mí entre una novela "breve" y otra de proporciones "respetables"), aparecen un montón de personajes bien dispares entre sí.  En general nos pueden resultar descritos con mucha veracidad e interesantes, representativos de lo mejor y peor que podemos hallar en nosotros, ya sean humanos "normales" a seres baratianos.  Omitiré algunos, porque la siguiente lista ya es extensa y salvo los padres de la heroína principal, no creo que la mayoría vuelva a aparecer.
   Por cierto, siendo Clive Barker un artista que se mueve con soltura en varias disciplinas, entre ellas la pintura, ha realizado preciosos dibujos a todo color de estos personajes y de otros de las siguientes entregas que aún estoy por leer.  Algunas de las imágenes que se incluyen en las portadas y otras que aquí he agregado son ejemplos de dicho trabajo suyo.
 
* Candy Quackenbush: ¿Qué más puedo decirles de esta adorable chica, que más bien parece personaje de Neil Gaiman, pues no me habría esperado un libro como este de parte de Clive Barker, sin tener que hacerles spoilers? Bueno, que es bastante elocuente para su edad (aunque es verosímil, pese a todo, no como los niños genios de Orson Scott Card), despierta una confianza increíble en la gente de buen corazón y que me simpatiza mucho.
 
* John Fechorías: El primer habitante de Abarat al que conoce Candy, responde al arquetipo del ladrón noble y el que se convierte en su entrada a dicho sitio.  Posee unos llamativos cuernos en los que están las cabezas de sus hermanos menores: Sinhueso, Cetrino, Debates, Siesta, Agallas, Sierpe y Bodrio, todos ellos con su propia personalidad.
 
* Mendelson Shape:  El primer villano que se cruza en el camino de Candy, es una criatura de dientes afilados y que posee incrustadas en la espalda una especie de varas metálicas, que lo hacen verse aún más monstruoso.  Sirve al Señor de Medianoche, por el cual siente tanto devoción como temor.  Al menos en dos momentos del libro, logramos percibir en él una inesperada humanidad.
 
* Cristopher Carroña: El gran villano de la saga es un ser complejo, atormentado por un pasado que en las mejores circunstancias podría haberlo llevado a ser alguien benigno.  En sus labios, de manera aterradora y muy significativa, está la huella del cruel castigo al que lo sometió su abuela (un gran personaje que está presente en buena parte del volumen de forma indirecta y que solo aparece al final como la promesa de una intervención más impactante en las entregas que vienen).  Pertenece a una de las familias más poderosas de Abarat.  Asimismo es muy cruel y vengativo, así como también está obsesionado con Candy, aunque en el primer libro todavía no se conocen.
 
* Samuel Hastrim Klepp, el Quinto: Descendiente del creador del Almenak de Klepp, una importante e interesante guia de Arabat, que lleva editándose durante siglos, agregándosele nuevos datos y lo que también ha hecho Samuel por su parte.  Este último conoce a Candy y le cuenta acerca del lugar en el que vive.  Es un hombre acogedor y culto.
 
* Rojo Pixler: Después de Carroña es el hombre más poderoso (y adinerado) de todo Abarat, aunque lo suyo es la tecnología.  Hizo su fortuna haciendo juguetes y luego accediendo a viejos textos de magia, los que colecciona como muchas cosas raras del Archipiélago.  También está obsesionado con el poder, con tener el control absoluto de las islas controlando la luz, aunque sea por medio del día artificial.  Puede que no sea completamente malvado, pero su avaricia extrema lo hace ser alguien desagradable. A su manera es un idealista.
 
* Kaspar Wolfswinkel:  Otro villano, aunque a diferencia de los otros mencionados no observamos en él algún detalle humanizador.  Es una especie de duende que lleva varios sombreros puestos a la vez, por una razón muy especial.  Mentiroso consumado, le gusta usar la violencia física y humillar.
 
* Malingo: El esclavo del anterior es un ser inteligente y sensible, cuyo aspecto externo puede ser espantoso (con un cuerpo alargado y flexible que le permite colgarse de objetos en suspensión, como las vigas del techo, moviéndose entre ellos con soltura); no obstante, su rostro expresivo demuestra fácilmente la ternura de su corazón.  Conoce a Candy en la casa-prisión de su amo y allí esta lo inspira a romper con las cadenas que lo atan al malvado hechicero; con posterioridad se hacen grandes amigos y compañeros de viaje. Sin que lo supiera el malvado de Kaspar, Malingo aprendió encantamientow de sus libros, conocimiento que será fundamental para escapar junto a la chica.
 
* Jimothi Tarrie: De apariencia felina, está a cargo de custodiar a Kaspar para que este no escape; para ello cuenta con numerosos "soldados" valientes.  Elocuente y muy agradable, interviene en uno de los momentos más atractivos del libro.
 
* Joephi, Diamanda y Mespa: Las tres son los primeros personajes en salir apenas comienza la historia y son una especie de hechiceras benignas.  Son ellas quienes propician la llegada de Candy a Abarat, con quien solo se encontrarán casi al final del texto.  Diamanda es la mayor de las tres y vivió un tiempo en nuestro mundo, teniendo un pasado conmovedor al respecto, del que solo sabemos por ahora un pequeño retazo.
 
   Me despido por ahora con una cita textual que me gustó mucho de esta novela, la cual posee un montón de momentos de gran belleza literaria, asï como muchos diálogos sublimes:
 
     "La oscuridad siempre ha interpretado su papel. Sin ella, ¿cómo sabriamos cuando caminamos bajo la luz?"

viernes, 15 de marzo de 2024

El mundo hoy en día es menos hermoso.


    Eso es lo que pienso cada vez que deja este plano de existencia algún gran artista, de esos que dejan detrás de si no solo a un montón de dolientes, debido a su partida, sino que una tremenda obra como legado y que bien puede ser apreciada por el valor estético en ella.  Les estoy hablando de trabajos que sobreviven a su autor y que en vida este, como luego de su muerte, despiertan en la gente emociones positivas de todo tipo, haciéndolas soñar y hasta inspirándolas... Lo anterior sucede con la música, la pintura, como con otras expresiones artísticas, siendo para mí las que más me sobrecogen la literatura (narrativa y teatro), cómics, cine y la actuación...
 
1. A quién perdimos esta vez
 
    El viernes pasado nos enteramos de la muerte de Akira Toriyama a la edad de 68 años (¡Aún joven para nuestros actuales estándares!), que tengo entendido su deceso ocurrió por lo menos una semana antes, pero su familia decidió hacerlo público solo días después.
    Para millones de personas en todo el mundo, saber esta noticia fue un gran golpe, justo al término de una semana que para gente como su servidor significaba el regreso a las clases, luego del receso estival de vacaciones de verano... ¡Y es que tras la sorpresa de esta pérdida, imposible no recordar cuando en la juventud de muchos, luego de clases un@ regresaba a la casa, entre semana, para verse un nuevo capítulo de Dragon Ball o Dragon Ball Z, las dos series de anime más famosas salidas de la mente de Toriyama!
     La animación japonesa hoy en día es bastante popular en Occidente, que hace rato ya que los nipones consiguieron "invadirnos" con su arte (y también verdaderos productos comerciales), al punto de que muchos de sus títulos y personajes, son conocidos incluso por la gente que no los ve.  Al respecto, los programas mencionados al final del párrafo anterior. son claro ejemplo de ello y bien forman parte ya de la cultura popular como lo son Frankenstein, Sherlock Holmes, Spider-Man, Darth Vader o Batman.
     Pocos son los nombres de los mangakas (autores de mangas, o sea, escritores de cómics japoneses), que el ciudadano promedio o "protoñoño" conoce de memoria y al respecto Akira Toriyama es una excepción, porque su obra más celebre consiguió marcar a más de una generación.  Justamente mencionar a héroes como Goku, Piccolo, Vegeta, villanos de la talla de Freezer, Cell o Magin Boo o "ataques" tales como Kame Hame Ha y Genkidama son reconocidos a un nivel que nos puede sorprender, considerando la edad de la gente o sus propios gustos personales.  Lo que les cuento es, tanto efecto del poder que puede tener una buena historia, unos personajes entrañables, como de una publicidad potente, algo que claramente sucede con los títulos mencionados.
    Akira Toriyama tiene otros títulos aparte de aquellos relacionados con Goku y amigos, pero son estos los que le dieron celebridad en Occidente y en el caso de muchos de nosotros, en Chilito, y al hacerse estos tan exitosos, son las series que lograron quedarse instaladas entre nuestros más preciados recuerdos.
    Antes de que se estrenara Dragon Ball, Toriyama escribió Dr. Slump y por lo mismo su versión animada llegó a la pantalla chica, primero que la dedicada a su trabajo más célebre (emitida entre 1981 y 1986).  Acá a Chile solo llegó después del éxito de Dragon Ball (ignoro si entonces ya estábamos en la etapa de Goku adulto, correspondiente a Dragon Ball Z).  A diferencia de la historia acerca del guerrero encantador de pelo en punta, este otro título era una comedia pura, muchas veces cayendo en el absurdo (aunque con su lógica, claro), llena de personajes estrafalarios y fascinantes, empezando por la niña robot llamada Arale y por su creador, quien le da su nombre al show, un gordinflón genio científico con problemas de seguridad, aunque de buen corazón.  Arale es poderosísima e ingenua, aunque no le cuesta hacer amigos.  Este manganime es una celebración de la ñoñería, pues está lleno de referencias directas a series y pelis japonesas y gringas, a las que su creador amaba: como los kaijus Godzilla, Gamera, Ultraman y Ultraseven, el filme Alien, también nada menos que el propio Superman (con su variante obesa y tarada de nombre Supaman) y Star Trek (gracias a un irascible niño muy parecido al Señor Spock).  No olvidemos las tantas veces en que se "rompe la cuarta pared", pues el propio mangaka sale como personaje y a las numerosas caquitas antropomorfizadas, que nos dan momentos graciosísimos.  Cabe mencionar que en español latino solo unos 74 episodios se doblaron, de los más de 200 que comprenden la serie.  He querido descargar esta pieza de antología, sin embargo, no la he pillado en un formato que me convenciera, solo su remake de los noventa y el que justamente no me interesa.  Apenas la vi una sola vez, gracias a un amigo que la grababa en VHS de la tele y la rememoro con mucha nostalgia.


                                                    Opening de Dr. Slump en español latino
 
2. De Goku y demases.
 
    Dragon Ball es la historia de Son Goku, un niño huérfano que vive en la montaña, alejado del resto de la civilización.  Un día se encuentra con una preciosa, coqueta e inteligente muchachita de nombre Bulma, quien anda buscando las llamadas 7 Esferas del Dragón, las cuales al ser reunidas pueden concederle cualquier deseo a quien lo logre aquello.  El chico se une a la aventura y ello le permite hacer un montón de amigos, como también enemigos, conocer a su futura esposa (cuando ambos aún son solo infantes) y asimismo convertirse en discípulo del maestro Roshi, un sabio y lascivo anciano que también con facilidad se ganará el corazón del público (al igual que el resto del tremendo dramatis personae de esta obra), acompañado de quien será su mejor amigo para toda la vida: el leal Krilin.  Cabe mencionar que, justo en medio de la primera saga de acción de Dragon Ball, La Patrulla Roja, se realiza el inolvidable crossover entre este manganime y Arale, algo que los latinos solo pudimos apreciar a cabalidad cuando se dignaron a traernos el anime sobre la androide.
     En el caso anterior también tenemos 153 episodios, en los que priman la aventura y la comedia, si bien Toriyama sabía darnos grandes escenas de acción (con una violencia increíble para los que no estaban acostumbrados a ver en un programa "infantil", por no mencionar los chistes de tipo sexual) y varios otros que hasta lágrimas nos sacaron.  Por otro lado, no se puede dejar de lado el tema valórico tan fuerte detrás de su argumento, que acá los temas de la fraternidad, el trabajo en equipo y el esfuerzo serán primordiales, asi como las nuevas oportunidades para crecer como individuos (dejando de lado egoísmos en pro del bien común).
    Tras la finalización de Dragon Ball, ya al comienzo de la vida adulta de su protagonista y ahora convertido en un hombre casado, en 1989 se estrena Dragon Ball Z, su secuela directa.  5 años han pasado desde la última vez que vimos a nuestros héroes y tras la unión de Goku y Milk (Chichi en japonés) ha nacido su primer vástago: Gohan (llamado así en honor del "abuelito" de Goku, el dulce hombre que lo acogió tras encontrarlo vagando en las montañas y que con su amor le concedió la personalidad noble que lo volvería tan querible).  La vida va sin contratiempos, hasta que les llega la amenaza más grande a la que se hayan enfrentado hasta ahora: Una fuerza alienígena que nos revela, con gran sorpresa del público que "ha crecido" junto a Goku y al resto (puesto que en Japón y buena parte del mundo han pasado años desde que comenzó todo), los orígenes secretos del joven padre.  A partir de entonces, ya nada será igual y la trama no solo mejorará, sino que nos dará un espectáculo que en verdad se volverá uno de los hitos en el manganime y sentará precedentes para posteriores títulos, que solo serían posible gracias a la influencia de Dragon Ball Z (como mi muy apreciado Naruto, que está clara su deuda con el título del que les hablo).
    La genialidad del tristemente desaparecido Akira Toriyama, radica en lo que hizo a partir de lo recién mencionado: Desde devolvernos a su personaje más querido y famoso, con ese salto cronológico tan significativo, a concedernos tremendas sagas llenas de héroes, antihéroes y villanos que llegan a opacar a los que ya conocimos.  No solo conocemos ahora a nombres tan valiosos como Kaio Sama, Vegeta, Número 18, Freezer, Trunks y Mr. Satan, entre muchos más, sino que la evolución por la que pasan los ya archicélebres Goku, Krillin y en especial el aún más heroico Piccolo (antiguo rival de Goku e hijo de uno de sus mayores enemigos) es una fuerte razón para amar esta pieza.  Las sagas oficiales son extensas (entre 35 y 92 episodios, desde la más breve a la más extensa) y si bien hay relleno entre medio, este es entretenido, no implica tanto tiempo e incluye una saga propia bien respetable, salida a partir de una de las películas fuera del canon, pues no están basadas en el manga (la de Garlick Jr., de 10 capítulos en total).
    Todo Dragon Ball Z duró 291 episodios, entre 1989 y 1996.  A Chilito llegó recién entre medio de los noventa y fue un bombazo mediático.



                                               Opening de Dragon Ball en español latino
 
3. Nueva vida para nuestros héroes.
 
    Poco después de terminar la adaptación del manga de Dragon Ball Z, vino Dragon Ball GT, en 1996 , una rara continuación que pretendía retornar al elemento aventurero de la serie clásica (Dragon Ball), partiendo de tres premisas que prometían ser interesantes: El retorno de un viejo villano, de la época de la infancia de Goku, a este último sometido a un encantamiento que hacía que su cuerpo rejuveneciera, hasta la época de su niñez, y la obligación de encontrar por el espacio la contrapartida de las Esferas del Dragón, para evitar una catástrofe tremenda; a lo anterior se le suma una nueva transformación, que le conferiría un nivel mayor de poder a Goku.  Todo el mundo estaba expectante con esta nueva etapa, pero al final solo logró 65 episodios y es que si bien tenía diseño de personajes del propio Toriyama, los guiones fueron de otros escritores y, la verdad, estos no se esmeraron mucho. El programa se hizo tedioso y terminó aburriendo; por mi parte, en mi juventud fue de mi agrado, no obstante, cuando la volví a ver muchos años después, ahora junto a mi sobrinito regalón por allá en el año 2019, la encontré un verdadero bodrio (aunque admito que el último capítulo es muy emotivo).  Tras las decepciones de rigor, se decidió sacar del canon tan pésimo show.
     Tras años sin tener nuevo material de la franquicia, ya avanzado el siglo XXI, en 2013 por fin se estrenó una nueva película sobre Goku y sus amigos: La Batalla de los Dioses.  Esta vez la historia es del propio creador del manganime original, así como su diseño de personajes, aunque el guión lo escribió otra persona.  La producción fue un éxito, ya obviados los desastrosos eventos de Dragon Ball GT.  Debido a sus logros, un par de años después, en 2015, dio pie a una nueva etapa en cómics y televisión de nuestros héroes, la que recibió el nombre de Dragon Ball Super, que tendría 131 episodios y 3 películas más.  Los eventos de los filmes para cine fueron adaptados, con posterioridad, en la versión televisiva.  Debo decir, sin vergüenza, que hasta la fecha nada me he visto al respecto.


                                          Opening N° 1 de Dragon Ball Z en español latino
 
4. Goku y yo.
 
    Como ya pareciera costumbre en mí, comencé a ver Dragon Ball Z muchos años después de que comenzó a emitirse en la tele; eran finales de los noventa y un compañero amigo (William) de la universidad me preguntó si podía grabarle en VHS los capítulos, porque él no iba a poder ver la serie en las tardes ya, que justo iba a comenzar una nueva saga y se notaba buena.  Me habían hablado harto ya de ese anime, que tenía varios fanáticos por acá; además, yo ya tenía dos primeros acercamientos con este programa: En el desaparecido cinearte Alameda (¡Cuánto se le extraña!), en uno de esos festivales de animación japonesa que abundaban por aquel entonces (por lo general organizados por fansubs, o sea, fanáticos que traducían por su cuenta el material que en esos años no estaba disponible de otra forma) me vi la película Fusión (que apenas entendí, porque esta no estaba subtitulada y ni conocía a los personajes); asimismo, para un cumpleaños una amiga (María Elena) me regaló Garlick Jr. Inmortal, la que al menos venía doblada en "español coño" (para muchos de nosotros, nuestros contactos iniciales "comprensibles" con Goku, fueron gracias al horrible trabajo hecho en la Madre Patria, que en copias piratas llegaban acá e incluso las vendían en supuestas sucursales legales de Manga Video, una importante empresa gringa que se dedicaba a distribuir en Occidente esta verdadera "fiebre amarilla"), así que esta vez sí que la disfruté mucho...
   Volviendo a William y a su encargo, esa tarde cuando me senté al televisor, nunca pensé que sería el comienzo de un verdadero romance que duraría hasta ahora y es que, para mi suerte, aquella vez era el comienzo de la saga de Cell, que partía potente, te agarraba desde los primeros minutos y ya no te soltaba más.  Por otro lado, un par de amigos que poseía desde mi infancia (Cristofer y Jonathan, los hermanos Torres), la estaban grabando desde hace rato, así que me fueron prestando los cassettes desde el principio (si bien el número uno, partía con los cinco que creo tratan del final de Dragon Ball, cuando Goku debe hacer un peligroso viaje antes de casarse).  Poco después le pedí a los mentados compadres, que me prestaran el material que poseían de Dragon Ball y luego de Arale, así que ya estaba encantado con la labor de Akira Toriyama.
   De esa época recuerdo los discos compactos que salieron a la venta, con mucha publicidad y éxito, de las canciones dobladas en español latino (la versión "castiza" venía en el segundo, aunque interpretada por un cantante americano y es que, como ya dije más arriba, las copias piratas del doblaje español eran bien populares por acá).  Yo los tuve regrabados en cassettes, gracias a otro amigo (Mauricio), quien era fanático junto a su hermana (Mónica) y su sobrino (Jesús).  Junto a los anteriores, menos el Pelao (el mismo Mauricio) y otros amigos (René y sus hijos Alan y Sami) fuimos juntos a un espectáculo musical sobre Dragon Ball Z; recuerdo que era malito, con tipos usando máscaras y trajes malhechos, como de espuma, pero igual la pasamos bien (el evento igual fue un éxito por estos lares).
    Me acuerdo de los distintos álbumes de láminas, que creo coleccioné al menos uno, los tazos (esos los tenía todos, que no jugaba con ellos, aunque eran tan lindos...).  Y cuando, para unas vacaciones de invierno, fue toda una sensación el estreno de la primera película de Broly, la que llegaba con años de atraso a Chile, si bien se agradecía; porque hace mucho tiempo (quizás décadas) que no se exhibía de manera comercial y en la pantalla gigante anime.
    Entre 2016 y 2019 me habré visto de nuevo las aventuras de Goku, todo desde Dragon Ball hasta Dragon Ball GT, incluyendo varias películas, para compartirlo con mi sobrinito Amilcar.  Fue hermoso este reencuentro, aunque esta vez GT lo encontré una verdadera mierda.  A ver si ahora, que Amilcar ya posee 14 años, le dedicamos tiempo a Super, pues tanto él como yo lamentamos mucho el fallecimiento demasiado temprano de su creador.
    Quiero terminar estas palabras, dando un agradecimiento a Mario Castañeda, importante actor de doblaje mexicano y quien le dio a Goku para esta zona del mundo una impronta formidable, tal como el resto de los artistas que lo han acompañaron por tanto tiempo, dándonos un trabajo de calidad al concederle sus voces a todos esos grandes héroes y villanos.  Siendo que ha interpretado a un montón de personajes del cine y la televisión (él es quien dobla a Bruce Willis y a Jim Carey), en la serie The Flash nos dio un momento de antología, al hacer que su personaje cantara justamente una canción de Dragon Ball Z.  Amilcar y yo asistimos a una charla que dio en la Comic Con y en verdad es muy adorable.


                                           Opening N° 2 de Dragon Ball Z en español latino

jueves, 7 de marzo de 2024

De lo bueno poco


     El año pasado tuvimos sin falta la cuarta temporada de Star Trek: Lower Decks, otra vez con solo diez episodios, algo que lamentablemente se usa hoy en día para los shows animados televisivos, al menos para los dirigidos a una audiencia adulta, tal como es el caso del ejemplo que hoy nos reúne (sumo para ejemplificar lo anterior, los títulos de Rick and Morty, nunca sin perder su calidad, y Harley Quinn, cuya última temporada fue un verdadero bodrio y ya llega a ser desagradable de tanto abuso de lo escatológico).  Tras tres primeros años llenos de gratas sorpresas, que nos permitieron reencontrarnos con varios personajes queridos de la franquicia, de los que no sabíamos desde hace rato, se esperaba con ansias este retorno y, menos mal, no nos decepcionaron.
     Como ya ha pasado en años anteriores dentro de Lower Decks, seguimos teniendo capítulos unitarios (lo que se echa de menos en espectáculos de "mayor envergadura" como Star Trek: Discovery, aunque sí rescató Star Trek: Strange New Worlds, lejos mejor que la anterior), si bien continuaron con la inteligente idea de incorporar una macrohistoria, que se fuera desarrollando de manera paulatina, episodio a episodio, hasta darnos otro potente fin de temporada.
    Por otro lado, el 2024 significó un hecho importantísimo para sus ya queridos cuatro protagonistas: ¡Por fin fueron ascendidos! Y es que los hemos visto evolucionar que da gusto, pues bien merecido se lo tienen.  Por supuesto que todo esto dará para arcos argumentales tanto novedosos, como interesantes y muy divertidos; ya que significará que nuestros héroes, más que nunca, tendrán que poner a prueba su autoconfianza y seguridad, algo que les costaba desde antes a más de uno.  Al respecto, y verdaderamente emotivo, resulta ser que por fin conocemos el gran secreto de Beckett: Por qué razón alguien tan capaz como ella, se quedó pegada como alférez, tras tantos años en la Flota Estelar.  Por supuesto que, lo anterior nos humaniza al personaje a un nivel muy grato (y que, a los trekkers de vieja cepa, les/nos toca la nostalgia a un nivel mayor, tras tomar otro gran detalle, de hace tiempo ya, de Star Trek: The Next Generation, TNG).
    Por otro lado, la siempre dulce D' Vana nos vuelve a mostrar otra parte importante de su faceta como Orión, demostrándonos lo espantoso que puede ser su pueblo y cómo ella es, lejos, una verdadera joya de persona en comparación con dicha gente.  Lo anterior resalta las ideas humanistas de Star Trek de Gene Rodenberry, el creador del programa original y de TNG: Toda persona tiene potencial y es valiosa por si misma, sin prejuicio alguno por su origen, así como son nuestras decisiones las que nos definen.
     Por otro lado, los siempre simpáticos Brad y Sam también tendrán sus momentos (que al segundo lo encuentro un amor) y, por lo mismo, las escenas cómicas gracias a estos dos estarán geniales.
    Asimismo, la nueva tripulante de la Cerritos, la vulcana T'Lyn, pese a sus primeros propósitos, hará muy buena amistad con los cuatro protagonistas y en especial con las chicas (convirtiéndose en una secundaria recurrente y bastante interesante).
     La cuarta temporada tuvo un comienzo memorable, tomando como punto de partida uno de los momentos más dramáticos de Star Trek: Voyager, aunque dándoles ribetes sumamente hilarantes.  Luego volverán a usar de manera ingeniosa, de manera directa e indirecta, uno que otro detalle de las "viejas" series (un beso, en cada caso, a los trekkers que crecimos con la franquicia y añoramos sus viejas glorias).
     Dentro de los momentos memorables, cabe destacar el reencuentro con el Gran Negus Rom y su esposa Leeta, a quienes no veíamos desde el impresionante final de Star Trek: Deep Space Nine (que prestaron sus voces los mismos actores originales para esta animación).  Un joven Wesley Crusher también regresó, aunque su papel estuvo más bien anecdótico; en cambio, un "olvidado" personaje de TNG sí toma relevancia hacia el final de la temporada, siendo muy graciosos los chistes relacionados con el hecho de que el actor que hacía de este, luego en la franquicia hizo de otro personaje (algo habitual en Star Trek).
     Otro punto destacable de esta serie ha sido el hecho de cómo ha sabido aprovechar la riqueza de elementos de la serie animada clásica, la cual solo gracias a Lower Decks se han vuelto canon por fin.  Lo anterior se debe, en gran parte, al uso de varias razas que solo habían aparecido en dicho cartoon (como bien es el caso de la especie a la que pertenece la doctora de la nave) y en esta temporada, en concreto, encontramos un capítulo muy divertido que reintroduce a cierta especie no humanoide de cambiaformas.
     Como ya lleva cuatro años en pantalla, los guionistas han podido jugar con los personajes e ideas sacados exclusivamente para esta producción, lo que ha permitido aprovechar varios de estos elementos, todos ellos llenos de matices: como villanos y secundarios varios, con sus singulares personalidades y manías (al respecto, dos capítulos dedicados a enemigos de la Cerritos y de nuestros héroes, así como la participación de la doctora y el consejero de la nave, que nos hacen reír bastante con sus ocurrencias).
     Por cierto... ¿Qué pasó con el romance de Beckett con la linda andoriana?
    Y por último... ¡Exijo un capítulo con los tribbles! (y también temporadas más largas)

                         
                                                                Tráiler cuarta temporada
 

sábado, 2 de marzo de 2024

Renovar ideas infantiles para un público inteligente con alma de niño (II)

 Acá termino, por fin, mi revisión personal de He-Man y los Amos del Universo...


4. Nuevas versiones.
 
    Entre 1990 y 1991 se emitió originalmente Las Nuevas Aventuras de He-Man, una continuación oficial del show ochentero.  Como para entonces Filmation ya había cerrado, otra empresa se encargó de la animación, una canadiense.  Esta secuela implicó nuevos diseños para el héroe y su némesis Skeletor, así como una ambientación más de ciencia ficción, ya que sus aventuras transcurrían en otro planeta, Primus.  El resto de los personajes que aparecen son nuevos, entre aliados de He-Man y los del propio Skeletor.  El programa tuvo en total 61 episodios, pero no logró trascender, al punto de que hoy en día poca gente lo recuerda, entre quienes éramos niños cuando lo estrenaron y las más recientes generaciones.  Igual tuvo su propia línea de juguetes, aunque estos apenas han sido vueltos a producirse (de hecho, nunca los he visto en tiendas especializadas).  Por mi parte, ni siquiera la vi en mi época, pues me chocaron entonces los rediseños y su estética en general, así que no me di el tiempo al respecto; tampoco fue del agrado dw ninguno de mis amigos, todos ya adolescentes en aquel entonces y adultos.  Así que ya no puedo emitir juicio al respecto.
    Y es cuando llegamos al reboot de 2002, para mí la primera vez en que He-Man y sus compañeros dejaron de lado el aspecto más infantil, para obtener por fin historias audiovisuales más elaboradas y lograr así contentar al público adulto, que gozó de la versión original, pero que ahora estaba dispuesto a aventuras y tramas más sofisticadas.  Aparte de lo recién mencionado, esta actualización del popular show ochentero supo también llegar a la audiencia infantil y/o juvenil, que no solo contaba con personajes de lo más atractivos en su aspecto, sino que reelaboró la imagen de héroes, villanos y máquinas, haciendo que volviera la fiebre por el coleccionismo de sus figuritas.  Dentro de los varios aspectos interesantes de este reinicio, encontramos el importante detalle de su "realismo", para diferenciar la identidad social del príncipe Adam, con la de su alter ego He-Man; y es que este nuevo programa, comienza cuando su protagonista cuenta con dieciséis años y claramente se "ve" de esa edad, si bien es un chico atlético y hasta con masa muscular algo desarrollada (aunque nunca llegando a la hipertrofia, que se observó en el material original); en cambio, cuando se transforma en el hombre más fuerte de Eternia, crece tanto de tamaño, como en musculatura (en la He-Man de antaño, lo único distinto en imagen de uno y del otro, es que el primero es de tes blanca y el segundo moreno, elemento que igual se mantiene acá).  Lo anterior bien recuerda a la dualidad de Billy Batson/Shazam, en la cual seguro se inspiraron para este título.  Destaco, también, su introducción que viene a ser un lindo homenaje al programa que quiso resucitar y la ausencia de la moraleja entregada como epílogo en, al menos, sus tres primeros episodios (en un genial documental, The Power of Grayskull, de 2017, acerca de la franquicia, se nos cuenta que una institución de la época los había obligado a entregar esos mensajes de forma tan explícita y si solo después usaron tal medio, fue para mantener su viejo espíritu).  Cabe mencionar que su primera temporada cuenta con 26 episodios y la segunda más corta, de solo 13.  Lamentable, es que tras lo anterior la cancelaran, justo cuando en su segundo año introdujeron a los Hombres Serpiente, un grupo de humanoides reptiloides liderados por un villano superior a Skeletor (en todo caso, aparecidos ya en la animación de los ochenta) y quienes habían conseguido hacer más interesante este espectáculo (que, para peor, en español latino nunca fue doblada).  Por último, para lamentar más la efímera vida de este reboot, cabe decir que fue lo suficientemente inteligente, como para explicar varios aspectos de la serie original, que antes se daban como "entendidos", tales como el origen de los poderes de He-Man y por qué razón solo cuatro de sus amigos saben su secreto.  Otro aspecto para destacar viene a ser que Kringer, el gato verde gigante del protagonista, ni siquiera en su faceta poderosa de Battlecat, no habla y en ese sentido parece más una mascota que un mejor amigo.
    Y es cuando llegamos a 2021, por orden y gracia de Netflix, empresa que por partida doble nos devolvió a He-Man y a los Amos del Universo.  Primero les mencionaré su propuesta en CGI, producción dirigida a un público infantil (que los diseños de personajes se notan muy acordes a lo que hoy en día se hace para los menores) y la que ya lleva 26 episodios, divididos en tres temporadas (bastante poco para tanto tiempo ¿No?).  Nada más les puedo decir al respecto, que no la he visto y poco me interesa esta versión.



5. He-Man hoy en día (un reencuentro inolvidable)
 
    Tal como me expresé más arriba, en 2021 Netflix estrenó dos actualizaciones de He-Man y los Amos del Universo: por un lado, la versión infantil, con efectos digitales, y por otra una dirigida al público mayor, en general los mismos niños de ayer, ahora convertidos en adultos, y que seguíamos añorando dicha obra.
    Creada por Kevin Smith, un afamado director de cine y guionista (quien, además, ha realizado varios cómics bastante respetables de Daredevil, Batman y Green Arrow, que también tiene una estupenda entrevista hecha a Stan Lee y que hasta en DVD salió, que me la regalaron para un cumple), corresponde a otra continuación directa de la serie ochentera.  Llamada Masters of the Universe: Revelation, le otorga la secuencia argumental de la que carecía el viejo show, creando una macrohistoria que se desarrolla a lo largo de toda su extensión y que permite otorgarles un trasfondo emocional mayor a sus personajes. A lo anterior, se le debe sumar la violencia que también faltó en su momento, con sangre incluida, muertes y hasta una pizca de erotismo.  Con buena parte de sus personajes emblemáticos incluidos (todos ellos con preciosas remodelaciones en su imagen, aunque siempre manteniendo rasgos clásicos en su vestuario y aspecto en general), su trama es todo un tributo al material original, pues aprovecha al máximo varios de los elementos claves de su mitología; por ende, si uno ha visto de manera previa el programa ochentero (y lo recuerda), se encontrará con emotivas sorpresas.
    Son solo 15 capítulos (5 por temporada), siendo que el año pasado fue retitulada como Masters of the Universe: Revolution.   Pese al "escaso" material nuevo, sobre tan queridos personajes, ver cada capítulo resulta no solo un emotivo viaje al pasado, sino que un reencuentro, ya a un nivel más maduro, con este material reciente y que será delicioso, en especial, para el espectador exigente.
     Asimismo, al ser un show para el cual se invirtió bastante tiempo y dinero, para sus voces originales en inglés se contó con actores de la talla de Mark Hamill (Luke Skywalker de la trilogía original de Star Wars) y Sarah Michelle Gellar (Buffy la Cazavampiros).
     ¿Y de qué va esta secuela oficial? Pues resulta que en su última batalla He-Man y Skeletor terminaron, supuestamente, quitándose la vida.  Lo recién mencionado, provoca que la magia en el universo se extinga casi por completo, lo que si no se revierte provocará un holocausto cósmico.  Le queda solo a Teela, acompañada de otras dos mujeres (una de ellas un potente nuevo personaje), enderezar las cosas, lo que implicará realizar un viaje muy peligroso.  En el camino se encontrarán con grandes peligros, entre ellos antiguos aliados de Skeletor, ahora adaptándose a su modo al no tener consigo a su líder.
    El programa rescata a un montón de personajes ya conocidos, algunos convertidos en verdaderos protagonistas y otros en secundarios con mayor peso, que el que tuvieron en su momento (como el Hombre Bestia, Orco y los padres de Adam). Por otro lado, incluso usaron a personajes creados en exclusiva para el filme de imagen real, dándole un rol muy destacado a cierto inventor.
     Dentro de lo destacado de esta verdadera joya de la animación para adultos (que menos mal fue de tipo tradicional), se encuentra el hecho de que aborda, con gran fuerza, el tema del empoderamiento personal, lo que implica llegar a aceptar el pasado (aunque sea doloroso), para así conseguir la verdadera autorrealización personal y, con ello y por fin, obtener la ansiada felicidad. Respecto a esto, la emancipación femenina toma un rol muy destacado, viéndose a las mujeres como verdaderas fuerzas de la naturaleza, que pueden ser tanto benignas, como malignas.
     En un principio He-Man y Skeletor no tienen mayor notoriedad, al menos de forma directa, en la trama y por eso al título de esta serie solo va el nombre de Amos del Universo; no obstante, ya a partir de la segunda temporada, estos cobrarán gran relevancia y, como no, el viejo Skeletor se robará la película en más de una ocasión (atentos al genial origen que le dieron, elementos igual sacados, en parte, de la versión de 2002).  Asimismo, el propio Hordak (el antiguo maestro de Skeletor y luego su rival, quizás más odiado que el propio He-Man) también tendrá algo que hacer en este espectáculo.

 
6. Recuerdos propios.
 
    He-Man y el resto de los personajes, me han acompañado la mayor parte de mi vida, desde mi infancia en los ochenta (época muy querida por mí, aunque bien sé que muchos compatriotas, sufrieron bastante debido a la dictadura de Pinochet).  Acá la serie llegó con atraso, más o menos entre 1984 y 1985, estrenada por el entonces llamado canal 13 de televisión, perteneciente a la Universidad Católica y que era uno de los dos más poderosos de la nación en aquellos años (el otro era el 7, del gobierno).  No recuerdo en qué día de la semana la daban en un principio, ni el horario; si bien tengo muy claro, que era un verdadero rito esperar un nuevo capítulo, que por esa media hora (con comerciales incluidos) era muy feliz.
    Mis primeras figuritas de He-Man se las pedí de regalo a mis papás para un cumple, que las fui a comprar con mi padre al local donde luego adquirí el resto de mi colección, que era el que tenía los mejores precios de su alrededor (el dueño o jefe de la tienda era un caballero con un ojo de cristal, que me daba algo de miedo, pero amable, y creo era vecino nuestro; conocía a mi papá y le hacía descuentos, pues mi "taita" tenía un negocio en casa y le compraba productos para luego venderlos acá en mi hogar).
    Ya no sé cuáles fueron los dos primeros "monitos" que tuve de niño, sin embargo, tengo presente varias cosas sobre mi coleccionismo, el primero que hice en mi vida: Una de mis figuras favoritas era uno de los primeros Hombres-Serpiente, Cobra Khan se llamaba, al que se le sacaba la cabeza y adentro llenaba con agua, para luego volver a ponérsela y al apretarla hacía abajo, dejar que este de su boca despidiera un rocío (una especie de narcótico en los dibujos animados).  A Kobra Khan lo compré en un viaje que hice con mi hermana Mabel (de como cinco años más que yo), una tarde lluviosa de invierno, en la que recorrimos el comercio con la plata justa para adquirir un nuevo "monito"; fue un tour que tengo en la memoria sellado a fuego, algo bello para mí, que muchas veces los dos salíamos con poco dinero, para solo gozar del vitrineo y soñando que cuando fuésemos grandes, nos daríamos todos los gustos que quisiéramos.  Una vez se lo presté a un sobrinito, con el cual nos llevábamos como cinco años de diferencia, me lo perdió y hasta el día de hoy mi hermana aún no me lo paga (sufrí harto esperando me lo repusiera).
    Todo el resto de mi colección, salvo las que recibí en posteriores celebraciones de mi "nombre", las conseguí ahorrando dinero y es que entonces sí sabía guardar lo poco que tenía.  Entre ellas, mi favorita era una máquina que se llamaba Slime Pit, una especie de trampa en la que ponías algún personaje, sentado en una garra huesuda y la que incluía un cráneo de un saurio arriba, que poseía un agujero para echarle un moco y que le caía encima a la "víctima", la que se suponía se convertía en una especie de zombie, debido al efecto de la sustancia sobre su cuerpo.
    Cuando salió el álbum de láminas no lo compré y, en cambio, a veces me gastaba algunas monedas para sobres, lo que hacía para ayudar a mi primo Pepito a completarlo (que vivía a la vuelta de mi casa, más o menos, y quien fue uno de mis grandes compañeros de juegos).  Quizás en agradecimiento, aparte de que nos queríamos mucho, por eso me regaló su Bachasaurus, un prototipo de tanque que llevaba un mazo, al que se le apretaba un botón para que este le pegara a los rivales, el cual se ganó al participar en un concurso infantil en la tele.
    Todo un plus a la hora de comprar las figuritas (no así los vehículos), es que estas venían (y todavía lo hacen) con preciosos minicómics.  El problema era que nunca estaban traducidos al español, asi que no entendía ni jota.  Pero igual alucinaba pasando las hojas y haciéndome una idea de qué iba todo.
     Los comerciales que pasaban en la tele para promocionar las nuevas figuras y vehículos eran una maravilla, que a uno lo dejaban alucinado.  Una vez avisaron de una promoción inolvidable: En tiendas seleccionadas pondrían un panel gigantesco, el cual llevaba en la parte inferior central una ranura, iluminada por una luz verdosa (espero no confundirme y ahora pienso que debía ser algo de tipo ultravioleta) y donde uno metía unas tarjetas con un mensaje oculto, que te daban apenas te comprabas alguna cosita de la colección.  La "iluminación mágica", permitía saber si eras ganador de alguna joyita, que en mi caso solo conseguí ese famoso póster con estilo Frank Frazetta y en el cual, por un lado, se veía el Castillo Grayskull y alineado He-Man junto a varios de sus compañeros; mientras que al lado contrario estaba la Montaña Tenebrosa, de donde salían Skeletor y sus vasallos, ambos bandos en posición de combatir entre sí.  Apenas conseguí el susodicho premio, lo pegué en una de las murallas que compartía con mis hermanas, que era tremendo y precioso.
    Debí tener cerca de veinte figuritas, sin embargo, al llegar a la adolescencia, cuando tenía 13 años en 1988, tuve la tonta ocurrencia de que ya no estaba para juguetes.  Dejé que mi mamá los vendiera (estaban a la exhibición, en una de las vitrinas del negocio que teníamos en casa) y quien, según ella, con el dinero obtenido pagó parte de los arreglos dentales que me hicieron. De este hecho me arrepentiré toda mi vida, que más encima hoy tendrían gran valor por su antigüedad.  Solo ya cuando estaba en la universidad, pasada la mitad de los noventa, me di cuenta de que no debía renunciar a mis sueños infantiles.
    Hoy en día los únicos "monitos" que poseo de los Amos del Universo, son dos muy bellos que compré bien baratos en la feria, más pequeños que la colección clásica y que creo son de la serie de 2002.  Los mantengo, con mucho orgullo junto a otras figuritas de mi colección privada en uno de los tantos muebles donde los pongo a la vista, para mi regocijo y así lucirme cuando tengo visitas.


                                      Algunos comerciales ochenteros de las figuritas de He-Man

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